domingo, 5 de julio de 2015

Danzando la vida con sabiduría y plenitud.

En la anterior publicación adelante que estaría presentando diversas propuestas e intervenciones que son de ayuda para mejorar nuestra calidad de vida, y por lo tanto darle "un cambio de look" a la misma.

El año pasado recuerdo bien cómo surgió en mi interior la imperiosa necesidad de atender a mi cuerpo, de escucharlo, y de encontrar un espacio donde pudiera darle la importancia que merece, pero siempre buscando que ese espacio fuera un espacio integral, donde lograra tener un crecimiento personal e influir en mi bienestar atendiendo mente y cuerpo.

Así que me dí a la tarea de investigar y probar hasta encontrar ese espacio que tanto ansiaba para dar una gran salto en mi  bienestar, que lograra trascender a la tan conocida y experimentada psicoterapia, la cual definitivamente había sido de mucho apoyo en algún momento de mi vida, pero que en este momento necesitaba vivir un proceso terapéutico desafiante y que incluyera un grupo y lo corporal.


Por azares del destino, ofreciendo mi trabajo  en la facilitación de talleres psicológicos, me encontré con un espacio, que desde el principio que supe el nombre me llamó la atención "Manantial, Espacio Biocéntrico", y cuando conocí a la dueña del lugar, más convencida quedé de que algo tenía que hacer yo en ese espacio. La dueña y directora del lugar me invitó a participar en una sesión de "Biodanza", algo que nunca había oído hablar en toda mi vida, cuando me explicó que era un sistema donde se trabajaba la búsqueda del bienestar del ser, tomando en cuenta la vivencia (el estar presente en el aqui y ahora), la afectividad y lo vincular, sentí una absoluta confianza de que ese era el espacio que tanto estaba buscando. 
Tan solo bastó una sesión para darme cuenta lo poderosa y hasta podría describir como "mágica sensación de bienestar pleno" que era la llamada Biodanza.


En la actualidad llevo casi una año de asistir un grupo regular, cada semana y puedo enumerar grandes y numerosos beneficios que me ha traído la misma.
-Mayor registro de mis reacciones corporales frente algunas situaciones de placer y displacer
-Capacidad para disfrutar el presente
-Energía, entusiasmo y motivación para vivenciar la vida.
-Determinación y perseverancia para lograr objetivos.
-Mayor seguridad y confianza en mi persona y en las decisiones que tomo.
-Mejora en mi comunicación con el otro, en especial en lo relativo a lo afectivo (muestras de cariño)
-Entre muchas otras.


Pero después de todo este cumulo de beneficios surgió en mi la duda, ¿Cómo es que algo que parece tan simple logre tantas cosas maravillosas en un ser humano?
Y  por qué digo algo que parece "tan simple", porque  en una clase de Biodanza se vive el disfrute, incluso el disfrute de reconocer tu tristeza, cuando de repente sin explicación alguna sientes rodar por tus mejillas varias lagrimas, cuando de una manera tan natural te descubres riendo como un niño extasiado, cuando en una abrazo  o en una mirada de una compañera o del grupo descubres la expresión del amor tan pura y plena o cuando mediante la música te descubres en una faceta que creías perdida o que nunca la habías experimentado.
Todo eso y más, que es  tan simple y a la vez tan profundo se vivencía  en biodanza

Para poder entender que hay detrás de esa aparente simpleza, decidí entrar mas a fondo del Sistema Biodanza, creado por el todologo Rolando Toro, y porque digo todologo, porque Rolando era una gran ser humano, muy completo, psicólogo, antropólogo, artista, pedagogo chileno, excelente observador, según relatan algunas personas cercanas a él. Se dió cuenta el efecto sanador que tenía cierto tipo de música acompañada de  movimientos expresivos y el grupo en si mismo , ya que la combinación entre estos factores y la vivencia misma ayudaba a esas personas a integrar diversos estados afectivos necesarios para tener una vida plena y en sanidad. El sistema es sumamente profundo, integrador; el cual se forma en base a diversas técnicas psicológicas y corporales, conocimientos fisiológicos, antropológicos, artísticos, de física cuántica, entre muchos otros.

Los actores principales dentro de este proceso que parece mágico dentro de Biodanza son:
La vivencia (el presenciar el aquí el ahora, el presente)
La música: Deflagradora de emociones, instrumento de mediación entre la emoción y el movimiento corporal.
El movimiento:Como expresión de la afectividad, de la identidad en si.

Al combinarlos junto con la fuerza del grupo crean un combo majestuoso, donde lo terapéutico tiene presencia.

Por todo lo anterior y más éste sistema es una recomendación que hago y certifico para todos aquellos con el interés de tener una cambio de "look", empezando a vivenciar la vida con una perspectiva integradora, afectuosa y de disfrute.
 Los invito a ¡Danzar la vida!

¿Y qué hago con mis emociones para poder sentirme mejor, en dónde dejo a tristeza, enojo, miedo ? 

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